¿Necesitamos otro cinco?

Es una pregunta que me vengo haciendo desde que vi en el entrenamientos abierto del Baskonia a Stanko Barac. Me pareció demasiado verde y blando para ofrecer minutos de calidad para sustituir a Tiago Splitter. Demasiada diferencia de calidad. Por otro lado A Barac no se le había exigido como hasta ahora y esta coyuntura puede multiplicar su rendimiento además del hecho de que el año pasado fueron campeones sin un cinco suplente de garantías. Cómo todavía es muy pronto y hay que hablar de algo, un dos por uno.

de un lado………………….

Creo que habría que buscar un tercer cinco. El Baskonia debe sondear este mercado con dos objetivos: descubrir un cinco prometedor y dos presionar a Stanko Barac. Por lo visto hasta el momento Stanko Barac está a otro nivel que Tiago Splitter. Hasta ahí normal, Tiago es de los mejores sino el mejor ahora mismo en su puesto. Pero el nivel entre el titular baskonista y su suplente es abismal. Lo vi en el partido frente al Consmetal navarro y lo constaté leyendo la estadística frente al Alta Gestion Fuenlabrada y alucinando con los 27 puntos de P.J. Ramos. Entiendo que para realizar esta operación no hay prisa, porque con los cincos es contraproducente tenerla, pero debería concretarse en cuanto el mercado lo permita. La llegada de otro cinco acabaría por convencer a Barac de en este equipo hasta para ser suplente hay que trabajar como si fueras la estrella del mismo. Me temo que Barac acepta sin rechistar su papel de gregario y se conforma con lo que hay. Es en cierta medida un mal que sufren muchos altos. Están ahí, más por su altura que por su disposición y/o habilidades con lo que muchas veces no dedican a su trabajo el tiempo y dedicación con lo que lo hacen otros compañeros. Total soy alto.

El Baskonia es un equipo que enseguida te deja la bisoñez al descubierto y más cuando el entrenador se llama Dusko Ivanovic. Imaginad que, si Peter John Ramos te enchufa 27 “puntacos de vellón”, lo que puede hacer Olimpiacos, Panathinaikos o Cska en un partido importante de la euroliga (el que te da paso al cruce de cuartos, o el quinto y último del play-offs de cuartos) si Tiago comete la tercera falta en el segundo cuarto. Si Ramos te mete 27 ¿cuantos anotará Pekovic, Scorchianitis (en forma) Savrasenko, Terence Morris, Boroussis o Vuijic?

por otra parte………………………….

Creo que después de llegar del Siroki Stanko  Barac ha mejorado bastante. Quizá no todo lo que requiere un Tau Cerámica Baskonia pero el caso de los cincos y Baskonia desde Fabricio Oberto ha sido un expediente X. Lo que quiero decir es que desde luego un hombre joven que haya jugado en el Siroki no es que precisamente venga con una experiencia demoledora. Tal y como está el mercado, la NBA se lleva cualquier hombre imberbe que huela a talento, los jóvenes deben madurar mucho antes de lo previsto. Así la experiencia en Pamesa Valencia, un equipo más serio en una liga más seria, todavía se le queda corta a Barac. Los grandes necesitan su tiempo. Aún así Jose Manuel Calderón, Dragic, Tiago o Scola necesitaron más de un año de cesión y experiencia para encontrar y explotar su juego. Sí que parece que a Stanko la competitividad, el ambiente presionante y la exigencia diaria le acogota. Pero eso es sólo por la falta de costumbre y experiencia de vivir en la elite.

Además no sé si sería correcto que otro cinco le disputara los minutos. En el caso de que fuera así probablemente se quedaría sin ellos. Y eso cortaría su progresión y le produciría una herida en el ánimo muy importante. Ni siquiera Tiago explotó en un año, ni en dos, tuvo que trabajar y esperar los suyo. Eso sí debería ser consciente de que siempre debe mejorar, no importa el ritmo dado que cada uno tiene el suyo, para seguir optando a estar en la elite. Asimismo, el cinco suplente con Dusko no ha tenido especial relevancia en el desarrollo de los partidos. En el doblete ni siquiera existía. A partir del siguiente año estaba un jovencísimo Tiago como suplente de Betts (acabó siendo al revés) Paciencia porque además en todo caso McDonald puede dar algún minuto de cinco y Pete Mickeal de cuatro.