Sólo baloncesto. Sólo un partido. El quinto. La quinta

El Ánimo

Llevamos tres semanas de playoff, un romance demasiado largo para lo que está acostumbrado el baloncesto moderno, en general, y el Baskonia en particular. Es en este momento dónde la cuestión psicológica influye y mucho en este tipo de enfrentamientos. La distancia en el tiempo ha venido bien al ánimo del Baskonia. El cambio de sede, del segundo al tercer partido, sirvió para templar los espumosos ánimos culés y sosegar el susto baskonista después de perder por más de veinte puntos. La semana entre el cuarto y el quinto debe sevir para lo mismo. Es en esta semana en la que el equipo que ha perdido debe comprender sus errores, debe descansar y debe plantear soluciones al juego del ganador. Es en estos días dónde el equipo perdedor debe armarse psicológicamente sabiendo que tiene la iniciativa del perdedor: dícese de los cambios que se realizan después de caer derrotado y que el equipo rival no es capaz de resolver en los cuarenta minutos siguientes.

El Ritmo.

En los cuatro bailes hasta el momento que se han marcado Tau y Barça el ritmo ha sido otro de los factores a tener en cuenta. Por el lado barcelonés su tipo de baile es lento, moviendo la cadera en la pintura y marcándose un vals a un paso desde la línea de tres. Por su parte la fiebre de sábado noche baskonista es nerviosa, acelerada, respondona, de movimientos rápidos cortos y precisos. Dos estilos antagónicos sobre la pista, estilos que por si sólos son capaces de ganar cualquier concurso de baile y que alternativamente se imponen cuando han coincidido. Ahora bien, el Barça sin rebote no puede mover con soltura su frac. Sin rebote Baskonia no sabe aplicar plasticidad y dinamismo a sus movimientos. El rebote supone, en el quinto, los zapatos de baile que te hacen controlar el ritmo.

La Paciencia.

Ninguno la ha demostrado en los cuatro partidos precendetes. Es más, el equipo que ha conseguido una renta de seis-siete puntos es el que ha conseguido llevarse el punto en juego. El equipo perdedor se ha tenido que contentar con convertise en un chicle que se estiraba y encogía, cuyo coeficiente de impaciencia acaba por romper su elasticidad. Ninguno de los dos equipos ha conseguido mantener la calma suficiente como para poner el balón dónde más daño hace en cada momento cuado han ido por detrás en el marcador. Sólo han sabido manejarse a favor de corriente. Así que, en esta eliminatoria, una buena puesta en acción en el pistoletazo de salida acaba con la paciencia del contrario.

El Acierto.

Perogrullo. Es una obviedad que me veo en la necesidad de expresar. La línea de tres es la base que sostiene el edificio de ambos. La amenaza exterior es la dovela central de la eliminatoria, sin ella el arco se cae, la bóveda detrás y por último la catedral se derrumba. Si se logra limar el cemento de la piedra angular del acierto blaugrana se producirán grietas que no podrán soportar los pilares interiores.

El Arbitraje

Vamos lo que llaman el factor cancha. Soy suspicaz. Entorno los ojos y me muestro desconfiado en este tema. ¿Por qué árbitros se decantará Kostas Rigas? Por esos desconocidos de las tres ultimas eliminatorias o por los gurús protagonistas de su tierra. No se a cual temo más. No sé si quiero más a papá o a mamá. ¿Pitarán alguna antideportiva al Barcelona cuando su único objetivo no es defender el contraataque del Baskonia sino para su ritmo? ¿Dejarán a un equipo sin ir a la línea de tiros libres en 20 minutos?¿Cargarán con 2 faltas al pivot de turno en el primer cuarto?¿Variarán de criterio del segundo al tercer cuarto? Espero que no me abran un expediente como a nuestro "amigo".

En Definitiva

-Sólo espero que Tiago reciba en movimiento y no en de espaldas

-Sólo espero que Mirza no reste y utilice la cabeza

-Sólo espero que Rako cierre el rebote

-Sólo espero que Ilievski ofrezca "refresco" de calidad

-Sólo espero que Pablo imponga su ritmo

-Sólo espero que Dusko tenga un as en la manga

-Sólo espero que Pete haga lo que sabe hacer

¿Es mucho?

Coño, claro: Una Final Four