Pablo Prigioni ha logrado imponer su criterio. Como siempre. Desde qué comenzó la temporada el base de Río Tercero ha ido creciendo dentro del organigrama del equipo baskonista hasta convertirse en pieza fundamental y complicar una decisión sobre su futuro baskonista.
Final de verano de 2006. Pablo Prigioni conoció a su nuevo oponente por los minutos al frente de la dirección del Tau Cerámica. Se trataba de toda una estrella europea que había chupado banquillo en los Nets de New Jersey: Zoran Planinic. Prigioni sacó su orgullo. La temporada pasada no había tenido competencia con otro croata en el puesto de base: Roko Leni Ukic . Ukic demostró durante todo el año ser un joven, testarudo, poco amigo de las recomendaciones y un jugador individualista con el que Pablo pudo en todo momento a pesar del 'citomegalovirus'. Planinic por contra era un hueso más duro de roer. Zoran es un base alto, con buen dominio de balón, clase por arrobas pero sin toque de muñeca.
Pablo se dijo a sí mismo que podía sobrevivir al boato de la estrella. Había sido MVP de la Copa, mejor base de la liga ACB e integrante del segundo mejor quinteto de la Euroliga. El croata llevaba dos años sin competir. La primera decepción llegó en la pretemporada. El técnico, de la misma nacionalidad, le desacreditó delante de los compañeros. Sería el segundo base del equipo. Pablo es una de las voces con autoridad del vestuario y ni siquiera el entrenador había dejado que la cancha decidiera la jerarquía de la dirección. Su caracter le volvío a jugar una mala pasada. Allí mismo discutió con su entrenador y decidió que seguirían caminos separados. En ese momento tomó otra decisión: con respecto a Zoran dejaría que la temporada decidiera si le iba a quitar el puesto de base titular.
Y comenzó de suplente y el equipo ganaba. No hubo casi pretemporada y se tuvo que hilar el equipo en los partidos oficiales. En la Supercopa dio la primera lección. Pablo fue uno de los mejores. Según fue avanzando la temporada Pablo se encontró con que Planinic se lesionaba con relativa facilidad y que Perasovic fue reculando de su planteamiento inicial. Pablo volvió poco a poco y desde dentro a imponer su ritmo.
¿Qué música se pone en el vestuario? La que diga Pablo. ¿Qué jugada se hace en un determinado momento? La que diga Pablo. ¿A quién acudo cuando tengo un problema con el equipo?.A Pablo. Además Pablo tiene mucha influencia sobre el jefe del vestuario que por juego y veteranía es Luis Scola. Pablo se lleva a los nuevos: Rakocevic, House, Teletovic e incluso Planinic. Zoran es muy frío. No es como Pablo. Ni siquiera como Erdogan. Sabe de la experiencia de Pablo y se deja aconsejar. Para la Copa Pablo ya era el director de la orquesta.
A pesar de todos los cambios el equipo volvía a jugar de la misma manera. El juego Pablo-Luis es tan previsible como imparable. Pararles sólo está al alcance de los grandísimos defensores. Sin embargo casi todos los sistemas, a los que Pablo se aplica, eran o los rompían los exteriores. El equipo estaba desequilibrado. Sólo Luis parecía este año comprender a Pablo. Tiago estaba sorprendentemente débil, Peker tenía manos blandas y ver a Teletovic en la pintura suponía un espejismo. Rako , House y Erdogan las enchufaban así que junto con Luis ellos eran los jugadores a alimentar. Sin embargo al ausencia de pases inferiores le quitaron de lo alto de la clasificación de asistencias. En defensa los árbitros ACB dejaban golpear levemente a los defendidos para desesperarles y robar balones y podía protestar alguna acción. En lo personal estaba siendo una temporada tan buena como la anterior. Además después de dos años con problemas físicos estos ya eran historia.
En Europa junto con Planinic había otros bases con los que competir: Diamantidis con su altura, sus brazos interminables y su agresividad casi desmedida. Papaloukas con su 'manía' de hacer lo correcto en el momento exacto para ganar los partidos. Bynum del Maccabi pequeño, rápido, saltarín, intermitente y que a punto estuvo de ser su compañero. Los otros grandes oponentes son de acb: Lakovic, Sánchez o López estaban demasiado intermitentes. Bynum se cayó del podio y Pablo se disputó con Diamantidis y Papaloukas el puesto de mejor base de Europa. Se quedó fuera de los primeros premios pero volvió a estar en el segundo quinteto de la Euroliga y en el primero de la liga ACB.
Perasovic se fue y llegaron Lezkano y Maljkovic. No cambiaron los roles. Pablo seguía siendo el base titular. Mejor incluso con el de Otacec. A Malkjovic le gusta jugar con el freno echado y el juego ordenado. Obradovic sabedor de los roles logró desarticular al propio Pablo y Scola. El eje se descompuso justo cuando los tiradores no atinaron. Mazazo que deja al equipo 'groggy'.
Pablo empieza a estar cansado. El segundo base tampoco ha ayudado mucho este año. Maljkovic conocedor de este extremo utiliza contra al Málaga de titular a Planinic algo que repite contra el Barça. Pero Pablo desde el banquillo no es útil. No se siente útil. Su orgullo y su carácter le pueden en muchos momentos. Hay veces que es lo único que tira de él.
Aún le resta un año. Su personalidad y su juego condiciona al del equipo. Es lo que hacen los grandes bases. De estos hay pocos y a pesar de que el equipo jugará igual el año que viene Pablo es uno de los mejores, es uno de los veteranos y es muy difícil encontrarle sustituto. Pablo a pesar de su orgullo necesita ya ayuda a su lado.
Pablo se dijo a sí mismo que podía sobrevivir al boato de la estrella. Había sido MVP de la Copa, mejor base de la liga ACB e integrante del segundo mejor quinteto de la Euroliga. El croata llevaba dos años sin competir. La primera decepción llegó en la pretemporada. El técnico, de la misma nacionalidad, le desacreditó delante de los compañeros. Sería el segundo base del equipo. Pablo es una de las voces con autoridad del vestuario y ni siquiera el entrenador había dejado que la cancha decidiera la jerarquía de la dirección. Su caracter le volvío a jugar una mala pasada. Allí mismo discutió con su entrenador y decidió que seguirían caminos separados. En ese momento tomó otra decisión: con respecto a Zoran dejaría que la temporada decidiera si le iba a quitar el puesto de base titular.
Y comenzó de suplente y el equipo ganaba. No hubo casi pretemporada y se tuvo que hilar el equipo en los partidos oficiales. En la Supercopa dio la primera lección. Pablo fue uno de los mejores. Según fue avanzando la temporada Pablo se encontró con que Planinic se lesionaba con relativa facilidad y que Perasovic fue reculando de su planteamiento inicial. Pablo volvió poco a poco y desde dentro a imponer su ritmo.
¿Qué música se pone en el vestuario? La que diga Pablo. ¿Qué jugada se hace en un determinado momento? La que diga Pablo. ¿A quién acudo cuando tengo un problema con el equipo?.A Pablo. Además Pablo tiene mucha influencia sobre el jefe del vestuario que por juego y veteranía es Luis Scola. Pablo se lleva a los nuevos: Rakocevic, House, Teletovic e incluso Planinic. Zoran es muy frío. No es como Pablo. Ni siquiera como Erdogan. Sabe de la experiencia de Pablo y se deja aconsejar. Para la Copa Pablo ya era el director de la orquesta.
A pesar de todos los cambios el equipo volvía a jugar de la misma manera. El juego Pablo-Luis es tan previsible como imparable. Pararles sólo está al alcance de los grandísimos defensores. Sin embargo casi todos los sistemas, a los que Pablo se aplica, eran o los rompían los exteriores. El equipo estaba desequilibrado. Sólo Luis parecía este año comprender a Pablo. Tiago estaba sorprendentemente débil, Peker tenía manos blandas y ver a Teletovic en la pintura suponía un espejismo. Rako , House y Erdogan las enchufaban así que junto con Luis ellos eran los jugadores a alimentar. Sin embargo al ausencia de pases inferiores le quitaron de lo alto de la clasificación de asistencias. En defensa los árbitros ACB dejaban golpear levemente a los defendidos para desesperarles y robar balones y podía protestar alguna acción. En lo personal estaba siendo una temporada tan buena como la anterior. Además después de dos años con problemas físicos estos ya eran historia.
En Europa junto con Planinic había otros bases con los que competir: Diamantidis con su altura, sus brazos interminables y su agresividad casi desmedida. Papaloukas con su 'manía' de hacer lo correcto en el momento exacto para ganar los partidos. Bynum del Maccabi pequeño, rápido, saltarín, intermitente y que a punto estuvo de ser su compañero. Los otros grandes oponentes son de acb: Lakovic, Sánchez o López estaban demasiado intermitentes. Bynum se cayó del podio y Pablo se disputó con Diamantidis y Papaloukas el puesto de mejor base de Europa. Se quedó fuera de los primeros premios pero volvió a estar en el segundo quinteto de la Euroliga y en el primero de la liga ACB.
Perasovic se fue y llegaron Lezkano y Maljkovic. No cambiaron los roles. Pablo seguía siendo el base titular. Mejor incluso con el de Otacec. A Malkjovic le gusta jugar con el freno echado y el juego ordenado. Obradovic sabedor de los roles logró desarticular al propio Pablo y Scola. El eje se descompuso justo cuando los tiradores no atinaron. Mazazo que deja al equipo 'groggy'.
Pablo empieza a estar cansado. El segundo base tampoco ha ayudado mucho este año. Maljkovic conocedor de este extremo utiliza contra al Málaga de titular a Planinic algo que repite contra el Barça. Pero Pablo desde el banquillo no es útil. No se siente útil. Su orgullo y su carácter le pueden en muchos momentos. Hay veces que es lo único que tira de él.
Aún le resta un año. Su personalidad y su juego condiciona al del equipo. Es lo que hacen los grandes bases. De estos hay pocos y a pesar de que el equipo jugará igual el año que viene Pablo es uno de los mejores, es uno de los veteranos y es muy difícil encontrarle sustituto. Pablo a pesar de su orgullo necesita ya ayuda a su lado.