martes, 25 de marzo de 2008

Fariseos

Ahora que dejamos atrás la semana santa nos encontramos con que TODO EL MUNDO escurre el bulto cuando las cosas vienen torcidas. Se pierde en Estambul, el presidente manda un aviso a navegantes y se reincide frente al colista de la liga. Una situación que de darse en otro momento de la temporada no importaría pero se está a una semana de F4. De momento todo el mundo escurre el bulto y para mi todos, incluída la afición, tienen mucha culpa de la zozobra que se vive ahora.

Algo podrido huele en Dinamarca. Hamlet recibía noticias que le hacía presagiar lo peor. Es una imagen similar a lo que Josean Querejeta está percibiendo. El olor podrido de una situación que debe cambiar radicalmente y hacerlo cuanto antes. Al menos así lo interpreto yo. La situación se está volviendo demasiado inestable.

No es momento de picos de forma. A una semana de comenzar los cuartos de final ningún equipo en este planeta se escuda, como lo hizo Neven Spahija y algún jugador más, en un bajón físico que debería llegar, si llega, en el periodo desde el 10 de Abril a una semana antes de la F4 en Mayo. Esto un balón fuera, un despeje que quiere ocultar un hecho: el poco dominio que Neven Spahija tiene sobre ese vestuario. Son los propios jugadores los que deciden en qué partidos hay que ponerle la actitud, ganas, garra y cuáles no. Y para mí esto un debe tanto para Neven como para la plantilla.

El entrenador no es una figura respetada en el vestuario (porque perdiendo de la manera que lo han hecho, después del toque público por parte de la presidencia, es poco más tomarle por el pito de un sereno) Spahija podría optar por la otra vía como es la del temor (caso Dusko) pero el croata no comulga con esa filosofía y Josean no se va a pringar en eso. En lo que respecta a la plantilla no hace falta repetir lo que opino del dominio y la dependencia americana del juego baskonista. El black power para mí está haciendo mucho daño (y más miedo me da cuando a Singleton, al que considero ya un descerebrado, se le da un papel fundamental en el equipo) No sólo existe un segmento en el vestuario. Hay otro grupo, el balcánico, que actúa en dos frentes, uno como grupo y el otro en aspecto individual. Son un grupo destacado en el vestuario, gracias a Neven y a su calidad, que busca única y exclusivamente el lucimiento personal. Eso no es equipo. Sólo Vidal y Splitter provienen de la escuela hay que jugar bien todos los partidos porque somos un grande y eso permite una regularidad. De los demás jugadores cada vez estoy más convencido que son unos mediocres que sólo quieren jugar los partidos de prestigio. Pero si no estas habituado a dar lo mejor de ti siempre es mucho más complicado rendir cuando la situación lo requiere.

Y esta rendición ante el débil la percibo por parte del público del Buesa que también decide en qué partidos anima y cuáles no. Es cierto que hay rivales inferiores. León lo es y el Fenerbahce y El Estudiantes, y el Manresa... Pero de ahí a convertirse en un público de ópera no. Hay encuentros en los que como el tenor no tiene la voz a punto no se aplaude ni se anima. ¿Qué está pasando? ¿tiene que venir el Pao, el CSKA, el Real Madrid o el Barça para que todo el mundo quiera que su equipo gane? Antes de analizar lo mal que lo estaba haciendo el equipo y el entrenador frente al León todos deberíamos entender que lo que importa es que el equipo gane y que su afición deje claro su posición (aunque sea repugnancia por el espectáculo que es lo que creo que intentó Prigioni con las tres pérdidas de balón seguidas) Porque es el público el único soberano que va a poner en su sitio al entrenador y a los jugadores. Y por supuesto contrario. Si el público aprieta el León se caga. Lo siento así. Y cada vez veo el Buesa como un teatro en el que se analiza el cómo se hace la función, no ayuda a salvar la obra por la irregularidad de los actores y no hace nunca auto-crítica.