El Barcelona ha sido por primera vez el Barça que se esperaba. Intenso, acertado, superior interiormente y constantemente ayudado por su afición. Con ello han conseguido una victoria aplastante y merecida. Metamorfosis blaugrana con el consentimiento baskonista. El Dr. Jeckill se convirtió en Mr. Hyde se podría decir. Pero la eliminatoria está empatada y los dos
siguientes partidos se jugan en Vitoria.

Después de la primera semana la eliminatoria de cuartos sale empatada del Palau con destino Vitoria. El factor cancha es ahora baskonista. ¿Es eso mejor? Pues no se sabe a ciencia cierta. El 50% de los equipos de cuartos han aprovechado esa ventaja, con lo que es lo mismo que decir nada. Sin embargo, estoy seguro de que el lunes por la noche la mayoría de los baskonistas hubieran firmado un 1 iguales al final de semana. Y es eso lo que ha ocurrido.
¿Por qué este empate después del 1-0 casi incontestable?
Porque los santos se pasaron de benditos y se dejaron avasallar por un equipo que después de siete encuentros ha encontrado la manera de vencer a su bestia negra: la agresividad.
Xabier Pascual no cambió su plan del primer partido. Lo que cambió fue la actitud de su equipo. Además el Barça consiguió corregir un par de errores del partido del martes.

2-. Combatividad: Ya avisó Sada ayer sobre su equipo debía ir más allá de la agresividad. Y desde luego que lo hizo. El inico parsimonioso y espectante, que pareció hasta miedoso, del martes dió paso a un equipo con las ideas muy claras. Había que desquiciar a Splitter y a Prigioni. Del primero se encargó Daniel Santiago. Constantes toquecitos, agarrones habituales y una excelente capacidad de interpretación abacaron con Splitter fuera de partido tanto físicamente (por la acumulación de faltas) con psíquicamente (no fue capaz de retener la concentración) Del segundo se encargaron todos lo pequeños mediante la consigna: No hay contraataques. Así, los barcelonistas cortaban(más bien amputaban) en el centro del campo las pocas jugadas rápidas que el escaso rebote baskonista podría ofrecer. No dejaron sin impacto ninguna transición baskonista con la venia de los árbitros (irresponsables por otra parte de la derrota)

FIN DEL SEGUNDO ACTO