Después de una competición como la Euroliga hay que hacer balance y en muchos casos autocrítica. A la vista han quedado ya los movimientos que tildo de conservadores por parte de los equipos más poderosos del continente. Parece que nadie, haya triunfado o no, está dispuesto a cambiar sus estructuras de cara al año que viene. Es más se producirá la paradoja (con sus excepciones) de que el vencedor sea el que cambie mientras que el el vencido se apunte al conservadurismo. No hay mucho talento libre por ahí tanto en el banquillo como en la pista. Estamos en crisis. A la crisis económica se le une la crisis baloncestística en Europa provocada por la NBA.
No hay mucho que pescar. La decisión de Messina por renovar en Moscú, la decisión de Panathinaikos de seguir contando con Obradovic, la salida a la NBA de Splitter y Rudy, entre otras cosas harán que el año que viene todo siga igual o muy parecido en el panorama europeo del baloncesto. CSKA mantendrá la base del equipo que ha sido campeón y volverá a ser favorito para todo. Panathinaikos no volverá a fallar porque sabe que tiene jugadores y entrenador para ganar. Exactamente igual que el Real Madrid que ya tiene la experiencia del año pasado, no cometerá los mismo errores y conservará su gran plantilla. Ojo con Olympiakos que parece que ha encontrado su entrenador. Y Baskonia, ¿qué? Otro éxito conseguido al llegar a su cuarta final four consecutiva. Pues toca cambiar. Otra vez. Todos los demás no tienen pinta de modificar sus estructuras a pesar de ser, excepto el CSKA, los vencidos de esta Euroliga. Es más se intuyen más cambios en los equipos vencedores, en los que han conseguido éxitos importantes en esta temporada. Lo digo porque habrá que esperar cómo le sienta a Maccabi haber estado a punto de tocar el cielo de Madrid, cómo reacciona el Barcelona al no de Messina o cómo se lo toma el Baskonia con su particular Día de la Marmota.
De nuevo hay que arriesgar para ganar. A pesar de ser un equipo muy atractivo por los éxitos que se han cosechado no hay jugadores a los que seducir. Los grandes trasatlánticos han decido ya ahorrar y no invertir. Esto es ahora tendencia en el mercado. No hay activos en el parqué. Todo el mundo va a conservar lo que tiene a la espera de enmendar el añon que viene aquel error que les impidió alcanzar la F4. Pero ¿por qué este panorama conservador? Gracias a la NBA y el ánimo desmedido de los jugadores por chupar banquillo (existen excepciones) al otro lado del charco
Europa sin Scola, Navarro, Calderon, Parker y compañía ha bajado muchos enteros de calidad en la competición. Es aquí dónde comienza un claro efecto dominó. Los grandes, cuando sus estrellas emigran, buscan sustitutos. Como no los hay bajan un peldaño para fichar a otros buenos jugadores que no son cracks. Así esquilman a esos equipos que tienen a estos baloncestistas como jugadores franquicia y que a su vez. al verse privados de ellos descienden el nivel del fichaje para cubrir esa baja. En definitiva cada vez hay jugadores de menos clase en Europa asumiendo puestos de estrellas. Y estos jugadores fallan. Son inconsistentes, caprichosos (no se esperaban ser referentes) son caros y a veces decepcionantes. Con este panorama no es de estrañar que los equipos grandes hayan trabajado en convencer y pagar a ciertos jugadores válidos para que no emigren al basket americano. Ahora los clubes grandes de Europa son casi equipos familiares donde los jugadores pasan muchos años jugando en ellos en vez de ser aquellas 'empresas deglute-talentos' en las que cada año escupían jugadores y destrozaban equipos ante la posibilidad de la llegada de un talento mejor. Vamos lo que ahora está haciendo la NBA.
A contracorriente de esta tendencia. la del club familia, va atener que nadar Tau Cerámica Baskonia. ¿Por qué? Principalmente ya que lo ha hecho en las cuatro ediciones de la Final Four que ha disputado. A ellas ha acudido con cuatro entrenadores distintos, cuatro equipos diferentes y otro dato destacables es que sólo tres jugadores de la actual plantilla han disputado las cuatro. Bien es cierto que el 50% de las razones que ha tenido Josean Querejeta para hacer todos estos cambios han sido por la emigración a la NBA pero no es menos verdad que en el ánimo del presidente está la consecución del entorchado europeo. El objetivo no está en competir. EL objetivo está en hacer las cosas bien y todos los días para que, aprovechando la idiosincrasia del deporte, permanecer al acecho y derrotar al poderoso en cuanto se despista. En el deporte siempre o casi siempre existe esa oportunidad.
Sin embargo este año el equipo no ha sido vivo. No ha estado atento a su oportunidad. No ha puesto en la balanza de las cosas positivas el trabajo diario y constante. Este año el equipo ha vivido como si fuera uno de los ricos de Europa. Como si de un caprichoso virrey se tratase sólo se ha esforzado cuando llegaba la hora de pagar los tributos a la corona. Sólo trabajaba para rendir cuentas a los importantes y esto le volvió perezoso y descuidado en sus tareas diarias. Mientras tanto simplemente disfrutaba de sus privilegios. No estaba familarizado con la resolución de problemas cotidianos y cuando se topó con un rival de más calidad no supo aprovechar la única opción que tuvo para vencerle. No estaba acostumbrado a leerla, a comprederla y a rematarla. Había tantos frentes a los que atender que por uno de ellos entró el agua y ya fue imposible mantener a flote la embarcación.
Así que habrá que cambiar. Otra vez. Habrá que echar la vista atrás a las otras batallas y ver dónde se estuvo más cómodo y con qué premisas. Otra vez. Una vez analizado esto, comprender quienes de los que este año han triunfado,(o al menos no han desentonado) encajan con el proyecto deben seguir (conservadurismo) y lanzarse a por apuestas y riesgos para volver a luchar hasta el final. Otra vez
Teniendo en cuenta esto mis vencedores y vencidos con el playoff todavía por delante serían estos:
Vencedores: Tiago (¿se quedará?), Planinic, Rakocevic y Vidal
Vencidos: Singleton, Mickeal, McDonald y Jasaitis
En tierra de nadie: Neven, Prigioni y Teletovic.