A una gestión deportiva y económica por parte de Josean Querejeta que ha permitido que este espectador coincida en espacio y tiempo con una época tan maravillosa y magnifica e cuanto resultados y éxitos.
Al público que ayer me hizo taparme los oídos en varias ocasiones por el griterío, el ánimo y el aliento hacia el Baskonia.
A los árbitros que, caseros como siempre, tratan al Baskonia como un grande. Para mi no fueron decisivos pero también no fueron del todo imparciales.
Al Partizan que luchó con todo y que nos ha mostrado los jugadores que serán los dominadores y determinantes en el basket en los próximos años.
Al baloncesto porque me permitirá de nuevo observar en directo al mejor equipo de Europa, CSKA, y al segundo, nuestro Baskonia, en un duelo que, como será a un sólo partido, nos hará temblar de la misma forma que temblarán los de Messina.
A vosotros que leéis lo que pienso, divago y pretendo explicar sobre el deporte rey que sin duda es el baloncesto.
(Hoy estoy abrazafarolas)
3 comentarios:
ONENAK GARA!!!!!!
BETI ZUREKIN BASKONIA!!!!!
SOIS LOS MEJORES!!!!!
GORA BASKONIA!!!!!
Antes de profundizar en el exito baskonista no quería dejar pasar el merito que ha tenido el Partizan llegando a esta elminatoria ante Baskonia, dejando por el camino a Panathiniakos.
Con un grupo de jugadores llamados a ser muy importantes en el baloncesto continental en los próximos años. Recuerden sus nombres Tripkovic, Tepic, Velokivic, Pekovic...
Hola Bob,
En general, los arbitrajes euroliga son bastante caseros, y el del miércoles en Vitoria no ha sido una excepción.
En el segundo partido a Pekovic le dejaron hacer de todo, muchas cosas al límite del reglamento, y en el último partido, a pesar de que la permisividad en la pintura fue alta, le dejaron hacer menos.
Me quedo con el duelo de titanes Tiago-Pekovic, que gozada verles luchar en la pintura por la posición. Y agradecer a los arbitros es habernos permitido ver ese espectáculo, porque con un arbitraje más riguroso, Tiago y Pekovic están fuera del partido en 15 minutos.
Un saludo,
Fausto
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