Mi corazón más cerca de Argentina que de España

En Orense la selección española ha demostrado que está por encima de cualquiera. Quizá sea pronto. Quizá sea la superioridad de 12 jugadores magníficos. Me gusta la cómo juega laselección española, el talento que atesora y la proyección de medalla que tiene pero cuando se enfrenta a la selección argentina me voy del lado albiceleste. Más si cabe cuando leo afirmar de Vitoria "allí todos nosotros somos locales", comentaba Julio Lamas, el asistente de la selección argentina, que ha vivivido y ha sido técnico del carácter por un tiempo en el Baskonia.

No existen antecedentes en Europa de un lugar por donde hayan pasado tantos baloncestistas de un mismo país. En Vitoria y en en el Baskonia, un  club "criollo" (como dicen por allá) campeçon de la liga ACB donde mostraron su talento y se hicieron querer casi una veintena de argentinos. ¡Increíble!

Dicen, porque de este no me acuerdo, que el primero en aterrizar por allí fue el "Flaqui" Ricardo García Fernández, un ala-pivote, que comenzó su carrera en San Andrés de Villa Ballester y estuvo primero en El Ferrol. Luego, en la temporada 1990/91, llegó, ya concluyendo su carrera, el pivot Juanito De la Cruz, ex San Lorenzo de Almagro, y tras su nacionalización, medalla de plata con España en los Juegos Olímpicos de Los Angeles. Lagarto.

Sin embargo, el que inició la gran avalancha argentina, el que abrió la puerta grande en Tau, fue Marcelo Nicola, en 1989, cuando el Baskonia lo compró a Sport Club, de Cañada de Gómez, por una cantidad cercana a los 70.000 dólares, una cifra sorprendente para la época. En ese tiempo, Lamas era justamente el entrenador de Sport Club y todavía recuerda bien el momento: "Tau quería competir con las grandes potencias de España pero no tenía respaldo económico. Entonces, su reclutador, Alfredo Salazar, empezó a estudiar el mercado sudamericano, hizo varias visitas a la Argentina y empezó a llevarse jugadores. Con Nicola fueron también Walter Guiñazú y Gabriel Díaz, que no llegaron a debutar en el Tau. Después vinieron muchos más, principalmente por el hecho de ser argentinos. Hoy, los dos ídolos más grandes de la historia del club son Luis Scola y Chapu Nocioni".

En el Baskonia tuvieron claro que ese era el mercado del futuro. Reconocieron la calidad, el profesionalismo y la competitividad de los argentinos. Aspectos que le hicieron ganar muchísima competitividad. Quizá Luis Scola ha sido el gran referente de todo eso. Llegó siendo un adolescente y terminó convirtiéndose en el mejor jugador de la liga española durante varios años.

"Entre 1999 y 2000 yo dirigí allí a Sconochini, Nocioni, Oberto y Espil. Y en 2004, cuando Tau ganó la Liga y la Copa del Rey, el quinteto titular formaba con Elmer Bennet, Sconochini, Nocioni, Oberto y Tomacevic, pero en el banco estaban Scola y Gaby Fernández", agregó Lamas en un entrevista concedida a un periodista de su país.

Pero quizás haya otro dato más sorprendente aún: de los doce integrantes del campeón olímpico en Atenas, la mitad jugó en Tau Cerámica Baskonia : Nocioni, Scola, Oberto, Sconochini, Fernández y Wolkowyski. Hoy, a esa lista hay que quitarles tres (Sconochini, Fernández y Wolkowyski) y agregar al base Pablo Prigioni, que desde hace un tiempo es uno de los líderes en a cancha del equipo baskonista. "En el club valoran nuestra mentalidad y la gente reconoce el corazón. Sobresalimos por el carácter y nos quieren muchísimo".

Aunque para líder el dueño de estas declaraciones "no cualquiera puede jugar en Tau. Es un club que exige mucho y donde pasé siete años inolvidables", ha dicho Scola.

"Disciplina y sacrificio, eso hay que tener para destacarse en Tau, pero así también se consiguen muchos campeonatos. El gran responsable de haber llevado a tantos argentinos fue Alfredo Salazar en una época en que el reclutamiento de jugadores por el mundo era casi artesanal. Ahora es más fácil porque los ves por televisión o los buscás por Internet", agregó el pivot de los Houston Rockets .

"Un argentino siempre es bienvenido en Tau, es como de la casa", concluyó Lamas. Y Muchos de ellos vuelven con el tiempo, hacen inversiones inmobiliarias o siguen -como Chapu- por Internet los resultados del club mientras juegan en la NBA. Y todos dejaron infinidad de amigos, además de las vitrinas llenas de trofeos. Por eso los baskonistas, como el que suscribe, ven un argentino y lo aceptan como si fuera uno más. Recontrasuperbien.